En 1874, Louis Leroy, un crítico de poco renombre, publicó un artículo en el que tildaba de "subjetividad infantil e indigna del arte" a un determinado cuadro. El cuadro era " Impresión, sol naciente ", de Monet. Los acólitos del pintor tomaron la crítica como un insulto e iniciaron una campaña para defender ese tipo de arte. No es un caso aislado. Poco antes, se había abierto una exposición de una serie de pintores desconocidos: Monet, Renoir, Degas, Pissarro, Cézanne... Todos, sin excepción, fueron rechazados por el jurado del Salón oficial, árbitro del buen gusto en las bellas artes. Apenas vendieron unas pocas obras y la muestra sólo fue visitada por 3500 personas. A pesar de ello, la muestra mencionada cambió la historia de la pintura y dio paso a las vanguardias. Estos días París celebra - por todo lo alto - una gran exposición el aniversario del movimiento impresionista. La innovación tiene estas cosas.
Cuenta Herbie Hancock cómo tocando con Miles Davies erró un acorde al interpretar el tema " So what ". El acorde sonó como una gran equivocación. Para su sorpresa, Miles se detuvo un instante y comenzó a tocar unas notas que hicieron que el acorde de Herbie sonara como "correcto". Herbie se quedó maravillado. No podía creer lo que había escuchado. Pensó que Miles Davis había tenido la habilidad de convertir algo que estaba mal en algo bueno con su poder para elegir las notas y el feeling que tenía. Miles no lo escuchó como un error. Lo escuchó como algo que había sucedido y que era parte de lo que estaba pasando en ese momento. Y así lo afrontó. Como no lo escuchó como un fallo, Miles sintió que era su responsabilidad encontrar algo que encajara. Herbie Hancock relata como este hecho le enseñó una gran lección no sólo para la música sino para la vida: la única manera que tenemos de crecer es tener la mente lo suficientemente abierta para aceptar las situacione